Culiacán, Sin, 20 de mayo del 2025.- A veces, la política no necesita enemigos externos. Se autodesgasta desde dentro, cuando personajes como Mario Zamora se reciclan en cada sexenio, adaptándose al poder con la habilidad de un camaleón. Hoy, el diputado que antes representaba la oposición se acomoda en los brazos de Morena sin disimulo y sin vergüenza, demostrando que para algunos lo único que importa es seguir comiendo del presupuesto.
Del PRI a Morena, sin escalas ni pudor…
Mario Zamora, quien llegó al Congreso por el PRI y fue candidato a gobernador en 2021, ha mostrado que su brújula política apunta siempre a donde hay poder. Ahora coquetea abiertamente con Morena, el partido al que tanto criticó, al que señaló de improvisado y autoritario. ¿Qué cambió? Solo una cosa: las oportunidades personales.
Diputado sin votos ni gestión…
Zamora ocupa una curul como diputado federal por la vía plurinominal, es decir, sin haber ganado un solo voto directo. Y desde esa posición, lejos de comprometerse con las causas sociales o impulsar acciones concretas para el norte de Sinaloa, se ha dedicado a usar su tribuna como una plataforma de ataques selectivos. Solo habla de lo que le conviene, solo defiende lo que le sirve, y de Ahome —su tierra natal—, ni se acuerda.
¿Qué ha hecho por Ahome?…
Es válido preguntarse qué ha gestionado Mario Zamora para su municipio. ¿Algún proyecto importante? ¿Recursos bajados? ¿Inversión gestionada? Nada. Ni una sola obra significativa que lleve su nombre como promotor. Su paso por la política ha sido cómodo, sin sobresaltos, aprovechando las ventajas de estar siempre “bien parado” con quien manda.
El negocio de la política…
Para Mario Zamora, la política ha sido un buen negocio. Su trayectoria está marcada más por su habilidad para acomodarse que por resultados reales. Se ha rodeado de personajes con los que ha hecho carrera, y con quienes también ha tejido intereses empresariales al amparo del poder. Hoy, su cercanía con Morena no parece buscar el bien común, sino asegurar su siguiente escalón dentro de la estructura oficialista.
Un nuevo “aliado” para el régimen…
La incorporación tácita de Zamora al entorno morenista no es casual. Morena necesita operadores con experiencia para validar su discurso de apertura, aunque sea a costa de su propia identidad. Y Mario representa justo eso: un político tradicional, sin arraigo ideológico, que puede servir como pieza útil mientras convenga… y luego, desecharse.
En la política sinaloense ya no sorprende que los que ayer eran críticos hoy se conviertan en porristas del régimen. Mario Zamora ha elegido ese camino, convencido de que lo importante es estar dentro, aunque sea sin rumbo, sin convicciones y sin resultados que respalden su trayectoria. El tiempo, como siempre, se encargará de poner las cosas en su sitio, pero mientras tanto, el pueblo de Ahome sigue esperando que su “representante” algún día se acuerde de él.