Los Mochis, Sin, 26 de junio del 2025 .- Entre 2018 y 2021, el miedo era una sombra que no se despegaba del municipio de Ahome, la violencia parecía haber encontrado terreno fértil para prosperar. Cada día, las páginas de periódicos locales como El Debate, Línea Directa y Noroeste relataban crímenes de alto impacto: ejecuciones a plena luz del día, robos con violencia, secuestros, extorsiones, robo a casa habitacional, desapariciones y balaceras que interrumpían la rutina de miles de ciudadanos.
La cabecera municipal, Los Mochis, vivía un asedio constante, con calles sin vigilancia, colonias enteras sin patrullaje y una población cada vez más acostumbrada a convivir con el riesgo. Fue en este contexto que se elaboró un dictamen pericial independiente y sin tintes politizados, realizado por un certificado y experto en Criminalística y Criminología, que documentó el fenómeno delictivo con precisión y evidencia técnica. A través de un enfoque estructural y territorial, el especialista integró más de tres años de notas periodísticas como insumo para comprender las raíces de la inseguridad.
El análisis reveló una correlación directa entre la falta de presencia policial efectiva y el aumento de los delitos. En su camino se encontró con patrullas obsoletas, zonas enteras del municipio quedaron a merced del crimen, de hecho, Ahome llegó a ser el tercer municipio más violento de todo México, según análisis nacionales.
Fue en este punto crítico que llegó al poder Gerardo Vargas Landeros, como presidente municipal. Sin embargo, su llegada no fue el inicio de la solución, sino de un nuevo reto, ya que le toco recibir una administración devastada financieramente, con las arcas vacías, deudas acumuladas y una ciudad sumida en el caos. Para complicar aún más el escenario, el mundo enfrentaba una pandemia global, una recesión económica y una escasez mundial sin precedentes de automóviles de todo tipo, derivado de la falta de “chips” electrónicos.
Pese a este panorama adverso, el nuevo alcalde no retrocedió ante el compromiso que había hecho durante su campaña: recuperar la seguridad de Ahome. Con el liderazgo que se caracteriza y apoyado por el dictamen criminológico, activó todos los mecanismos legales disponibles para dar una respuesta inmediata. Basado en la figura legal de compra por emergencia, amparada por el marco normativo en casos de seguridad, se dispuso a adquirir mas de un centenar de patrullas, pero siguiendo cada paso con total transparencia.
Se convocaron a cuatro proveedores y se justificó cada acción con documentos verificables. Esta no fue una compra discrecional, sino una respuesta fundamentada, documentada y necesaria. Ahome no podía esperar.