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El legado de Gerardo Vargas en Ahome: ¿un cierre ordenado o un trampolín político?

Cuando un gobierno municipal entrega finanzas sanas, sin deudas por sueldos ni obras inconclusas, lo primero que surge es el contraste: ¿por qué en otros municipios no se logra lo mismo? El relevo de Gerardo Vargas Landeros en Ahome, reconocido públicamente por el presidente interino Antonio Menéndez, dejó no solo cifras favorables, sino también una pregunta política de fondo: ¿se trata de una administración excepcional o de una estrategia que va más allá del municipio?

El balance financiero es, sin duda, un activo importante. Vargas no solo cumplió con lo básico —pagar sueldos, cerrar obras, no endeudar al ayuntamiento— sino que dejó la mesa puesta para proyectos de mayor calado: la planta de Mexinol, que podría convertirse en uno de los motores económicos más relevantes de la región, y la inclusión de Topolobampo como polo estratégico dentro del mapa federal de desarrollo. Pero estos logros no deben leerse solo como una lista de “tareas cumplidas”, sino como piezas en un tablero político mayor.

En seguridad, Los Mochis figura entre las diez ciudades con menor percepción de inseguridad, según el INEGI. Aquí vale hacer una pausa: percepción no es lo mismo que incidencia real, pero sí es un termómetro social que impacta en la confianza ciudadana y en la disposición de los inversionistas. Mantener esa percepción positiva es mérito, aunque no resuelve de fondo los desafíos de seguridad estructural que siguen presentes en el norte de Sinaloa.

El elemento más interesante del legado de Vargas es quizá su visión de continuidad. Deja no solo obras y proyectos, sino relaciones tejidas, acuerdos abiertos y apuestas de largo plazo. Esto plantea un escenario doble: por un lado, abre oportunidades para que Ahome y la región sigan creciendo si se aprovechan esas bases; por otro, deja la tentación de capitalizar políticamente esos avances, especialmente si Vargas mantiene aspiraciones en el escenario estatal o federal.

El reto para quienes siguen al frente del municipio será evitar que este paquete de logros quede como una vitrina de trofeos del pasado. Las inversiones solo prosperan si los gobiernos mantienen certidumbre, gestión efectiva y capacidad de adaptación. Dejar bases firmes es apenas el primer paso: garantizar que no se desmoronen es la tarea que apenas comienza.

En definitiva, el cierre de Gerardo Vargas en Ahome es un ejemplo poco común en el contexto municipal sinaloense. Sin embargo, no basta con aplaudir el orden administrativo: lo que marcará la diferencia será si estos resultados se convierten en desarrollo sostenido para la gente o si, como tantas veces, se transforman en materia prima para construir capital político rumbo a nuevas aspiraciones personales. El reloj ya corre.

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