Culiacán, Sin, 6 de junio del 2025.- El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, intensifica sus movimientos políticos con miras a la sucesión estatal, mientras el estado enfrenta una escalada de violencia, fracturas en los cuerpos de seguridad y creciente intervención del Ejército en funciones operativas.
En un contexto marcado por la descomposición institucional y la incertidumbre en materia de seguridad, el gobierno de Rubén Rocha Moya se ha volcado en maniobras políticas que han generado preocupación entre líderes locales, analistas y sectores sociales.
La reciente detención del alcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros, por presuntas irregularidades en la adquisición de patrullas y abuso de autoridad, es vista como un intento por parte del mandatario estatal de deshacerse de su principal rival político en la carrera por la gubernatura de 2027. Pese a contar con un amparo vigente, el edil fue aprehendido, lo que ha desatado críticas sobre el uso selectivo del poder judicial en el estado.
La detención de Vargas se produce en paralelo al posicionamiento del senador Enrique Inzunza, exsecretario general de Gobierno y figura cercana a Rocha Moya, como posible candidato a la sucesión. Inzunza ha sido señalado en informes de inteligencia por presuntos vínculos con una de las principales facciones del Cártel de Sinaloa, en particular el grupo liderado por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como “los Chapitos”.
A estos señalamientos se suma su papel en la creación de la narrativa en torno a un supuesto atentado en una gasolinera, utilizado para justificar acciones de seguridad que no se sustentaron con evidencia pública. Inzunza ha sido identificado como operador clave en los acuerdos políticos que han definido el rumbo del estado en los últimos tres años.
Mientras tanto, el deterioro de la seguridad pública se manifiesta con hechos como el reciente enfrentamiento entre policías municipales y estatales en Culiacán, que derivó en la captura de siete elementos municipales, entre ellos un exescolta del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera. Esta crisis interna forzó la renuncia del secretario de Seguridad del municipio y expuso la fractura operativa entre corporaciones.
Ante la pérdida de control por parte del gobierno estatal, las decisiones estratégicas en seguridad han sido asumidas directamente por el Ejército. El general Ricardo Trevilla y el comandante Guillermo Briceño encabezan ahora la coordinación en el estado. Como parte del reforzamiento militar, se incorporó a un nuevo jefe del Estado Mayor en la Novena Zona Militar, proveniente de una misión diplomática en la embajada de México en Israel.
La combinación de crisis institucional, intervención militar y pugnas por la sucesión en Sinaloa ha encendido las alarmas sobre el rumbo que tomará el estado en los próximos años. En medio del caos, el gobernador Rocha Moya avanza en la construcción de una sucesión política marcada por controversias, mientras la violencia y el descontento siguen escalando en las calles.
Fuente: Codigo Magenta
